COLABORACIÓN
Por Lester McKenzie Hamilton
El escuchar las experiencias narradas por quienes son padres por primera vez con sus hijos de pequeños, me hacen retroceder el video mental a cuando mis hijos vivieron esa época y a medida que pasa el tiempo me convenzo más de la importancia y necesidad de la risa, del reír en el ser humano.
En su momento somos los padres quienes de muchas maneras tratamos de hacerles reír incluyendo las nunca olvidadas cosquillas y detalles como este van reforzando el afecto y el sentimiento sentando las bases de lo que entendidos en la materia llaman el «juego afectivo-social» entre padres e hijos y viceversa.
Con esa edad no solo responde con carcajadas, sino que poco a poco va aprendiendo a hacernos reír con las ocurrencias que inventa buscando con ello llamar la atención exhibiendo sus habilidades.
Le encanta simular que no escucha cuando le llamamos, finge que llora para sentirse consentido, se pone un paño sobre la cabeza, se tapa la carita con las manos, con ellas nos dicen adiós, nos tiran besitos, en fin, busca hacernos sonreír, reír.
Lo interesante y más lógico es seguirles el juego, reír con ellos y con el paso de los años nos damos cuenta que eso no nos ha quitado tiempo creando un ambiente fundamentado en ese tan necesario mundo del humor.
Como padres debemos tener presente que con sus bromas en niño está probando una nueva actitud y si se ve correspondido por la risa del adulto, se sentirá más seguro y aumentará la confianza hacia nosotros.
Cuando el infante ríe nos está diciendo que se siente feliz, es un reflejo de que su salud es buena y una muestra fehaciente de que ya es capaz de comunicarse.
Estudiosos de la risa refieren que son muchos los beneficios que esta aporta pues incrementa las defensas del organismo a tal punto que está demostrado científicamente que la saliva que segregamos al reír contiene una mayor cantidad de inmunoglobulina lo cual es un escudo contra posibles enfermedades.
Riendo, el niño mueve y tonifica los músculos de su cuerpo, en particular los de la boca lo cual ayuda a facilitar la pronunciación de las palabras y crea un ambiente de complicidad y buen humor que envía mensajes positivos al cerebro, además de relajar tensiones y nervios, logrando todo esto que el niño evolucione y aprenda más rápido y mejor en un ambiente optimista.
Dilecto seguidor de mis publicaciones, le reto a que intente reír y pensar al mismo tiempo … es imposible y tenga bien presente que la risa es un termómetro de su bienestar, que una sonrisa cuesta menos que una factura eléctrica pero da mas luz.
Feliz domingo para todos en familia, como debe ser y a tener presente que una sonrisa es una línea curva que lo endereza todo.