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Hábitos alimenticios que benefician la salud bucal: lo que comes también se refleja en tu sonrisa

abril 15, 2025

“Mi niño no come dulces, pero igual se le picaron los dientes”, cuenta doña Lidia, abuela de tres y cuidadora a tiempo completo en el barrio de Los Mina. A simple vista, parece una contradicción. Pero lo que muchos desconocen es que no solo los dulces dañan los dientes. También lo hacen algunos jugos, harinas, snacks salados y hasta el pan blanco que se come en el desayuno.

Lo que comemos influye directamente en nuestra salud bucal. Y no hablamos solo de caries. Hablamos de encías, esmalte dental, saliva, y hasta del aliento.

Lo que más daña los dientes (y a veces no lo parece)

No es solo cuestión de azúcar. Es cuestión de frecuencia, textura y tiempo de permanencia en la boca. Aquí algunos “culpables invisibles”:

  • Jugos industrializados: por más que digan “100% natural”, muchos tienen alto contenido de azúcares y ácidos.
  • Snacks salados (galletitas, tostones, panecillos): se adhieren a los dientes y alimentan a las bacterias igual que los dulces.
  • Salsas, kétchup, embutidos: su contenido de azúcares ocultos puede sorprenderte.
  • Bebidas energizantes y refrescos: una bomba de acidez que debilita el esmalte.

“Las caries no son solo por culpa de los caramelos. Es todo lo que el diente no puede limpiar por sí solo. Y ahí, hasta el arroz pega”, explica el odontólogo comunitario Luis Marte.

Alimentos que protegen tus dientes

Lo bueno es que así como hay alimentos que debilitan la boca, hay otros que funcionan como aliados naturales. Estos son los que deberías incluir más en tu dieta diaria:

  • Manzana, zanahoria, apio: limpian la superficie dental al masticar y estimulan la producción de saliva.
  • Queso y yogurt natural: ricos en calcio, ayudan a remineralizar el esmalte.
  • Agua: limpia residuos de comida y ayuda a mantener la boca hidratada.
  • Nueces y semillas: contienen minerales que fortalecen los dientes y encías.
  • Verduras de hoja verde: fuente de calcio y vitaminas A y C, esenciales para encías sanas.

Hábitos que marcan la diferencia

No se trata solo de lo que comemos, sino de cómo y cuándo lo hacemos. Aquí algunos consejos prácticos que cambian el juego:

  • Evita picar todo el día: cada vez que comes, el nivel de acidez en la boca sube. Si comes a cada rato, nunca se recupera.
  • Toma agua después de cada comida: ayuda a arrastrar los restos y baja la acidez.
  • No te cepilles justo después de bebidas ácidas: espera al menos 30 minutos para no dañar el esmalte.
  • No te acuestes sin cepillarte: de noche, la saliva disminuye, y la boca se vuelve el paraíso de las bacterias.

Educación alimentaria: una deuda pendiente

En muchos hogares, la salud bucal no se enseña con el tenedor. “Cuando trabajé en comunidades rurales, vi niños desayunando galletitas de colores y refresco. Y los adultos no lo hacían por maldad, lo hacían por desconocimiento”, confiesa la doctora Deyanira Lora, voluntaria en programas de salud escolar.

Por eso, educar sobre lo que comemos también es una forma de prevenir enfermedades bucales. Desde la lonchera escolar hasta lo que ofrecemos a un adulto mayor.

Porque lo que comes… se nota al sonreír

Una buena alimentación no solo fortalece el cuerpo. También fortalece la sonrisa, desde adentro. Porque una boca sana no empieza con el cepillo, sino con lo que decides poner en tu plato.

Hábitos alimenticios que benefician la salud bucal: lo que comes también se refleja en tu sonrisa
Hábitos alimenticios que benefician la salud bucal: lo que comes también se refleja en tu sonrisa/ se le picaron los dientes
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